Una
persona con discapacidad auditiva se define como: “aquella que no puede
escuchar normalmente debido a algún tipo de anormalidad en el órgano de la
audición: el oído” (Belisario et al, 2010; p. 29). Sin embargo, esta condición
sensorial, no es óbice para realizar actividades en cualquier ámbito, sino más
bien son los elementos ambientales y sociales los que generan dicha condición y
los que crean la barrera de exclusión. Las personas con discapacidad auditiva
tienen los mismos derechos laborales que las personas sin una discapacidad
expresa.Una de las diferencias entre ellos, es que los primeros no escuchan y
tienen por lo tanto, necesidades diferentes como lo es el caso del lenguaje o
forma de comunicación, diversidad lingüística que merece ser conservada, debido
a que el idioma es la expresión viviente de la cultura humana y las diferentes
lenguas del planeta expresan la pluralidad de la experiencia humana. En el caso
de algunos sordos, una de las herramientas que utilizan para comunicarse es la
Lengua de Señas, la cual favorece íntegramente el desarrollo de su inteligencia
Las personas con discapacidad auditiva, al igual que
otras personas, requieren equidad de oportunidades para acceder en igualdad de
condiciones a todos los servicios y programas que el Estado ofrece al resto de
sus ciudadanos, de lo contrario se convierten en una carga social para el
Estado y no pueden desenvolverse autónoma mente ni aportar al desarrollo
socio-económico de la región. Por supuesto, hay que distinguir que históricamente
el estudio de las personas con discapacidad ha sido desde el punto de visto
clínico-patológico, buscando normalizarlas; lo que trajo consigo, estigmatizan
y creación de barreras, principalmente actitudinales.
Un sordo no puede escuchar, pero pueden ver, por esto,
el dialecto que usan para comunicarse es la Lengua de Señas, en la mayoría de
las ocasiones, es decir, una combinación de movimientos manuales, gestos,
expresiones faciales, corporales y espaciales que integran su lengua y le
permiten adaptarse a su medio ambiente. De allí, que algunas personas con
discapacidad auditiva no pueden hablar por teléfono convencional, pero lo
pueden hacer por un teléfono de texto, no escuchar radio, pero logran saber las
noticias a través del periódico, no escuchar la televisión o el cine, pero
pueden acceder a la información si se cuenta con el servicio de interpretación
en Lengua de Señas en la pantalla o leen los subtítulos respectivos.
Las personas con discapacidad auditiva o sordas como
les gusta que los llamen, como concluyeron en el I Foro de Sordos (2013).,
realizado en Mérida, Venezuela, ya que de esa manera no eluden la realidad en
la que se encuentran inmersos, no son ni están enfermos, no necesitan ninguna
droga o tratamiento para curarse, por lo que es incorrecto denominarlos como
anormales, deficientes, discapacitados, minusválidos, inválidos o sordomudos,
entre otros términos que lo que contribuyen es a subestimar sus múltiples
capacidades. Solo usan una forma diferente de comunicarse, con el que pueden
aprender, compartir, actuar y expresarse libremente, aunque algunos hablan, a
pesar de no oír e, incluso otros, por la falta de reconocimiento como sujetos
de derecho y por la privación social y educativa que han vivido, no han
perfeccionado funcionalmente una lengua-idioma de comunicación
En consecuencia, la persona sorda, ubicada en la
clasificación como una persona con discapacidad tiene el derecho a realizarse
como persona a través del trabajo y permitiéndole generar su propio estilo de
vida, afectando directamente al modo de cómo se percibe a sí mismo y al modo de
cómo lo perciben y valora la comunidad en la que hace vida regularmente,
adquiriendo así una valoración social positiva, mayor grado de libertad e
independencia personal y fortalecimiento de su autoestima.
En consecuencia, la persona sorda, ubicada en la
clasificación como una persona con discapacidad tiene el derecho a realizarse
como persona a través del trabajo y permitiéndole generar su propio estilo de
vida, afectando directamente al modo de cómo se percibe a sí mismo y al modo de
cómo lo perciben y valora la comunidad en la que hace vida regularmente,
adquiriendo así una valoración social positiva, mayor grado de libertad e
independencia personal y fortalecimiento de su autoestima.
ORBIS Revista Científica Electrónica de Ciencias
Humanas / Scientific e-journal of Human Sciences / PPX200502ZU1935 / ISSN
1856-1594 / By Fundación Unamuno / Héctor Florencio Martínez Pérez (2015)
COMUNICACIÓN, DESEMPEÑO LABORAL Y DISCAPACIDAD AUDITIVA
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