INCLUIR ELEMENTOS DE
ESTIMULACIÓN DE LAS DIVERSAS FUNCIONES CEREBRALES PARA NIÑOS Y ADULTOS.
El objetivo de las ayudas técnicas para mejorar la
audición, en concreto los audífonos e implantes cocleares, es rentabilizar la
percepción auditiva a través de un trabajo de estimulación para el aprendizaje
de la lengua oral. Los implantes cocleares en la mayoría de los casos, pero no
en todos también hay un porcentaje de niños y niñas en el que los resultados no
son tan notables, facilitan de manera temprana el acceso al mundo de los
sonidos y proporcionan una información auditiva del habla que deben aprender a
reconocer y asociar, pero no debemos olvidar que no devuelve una audición
normal, exacta a la de las personas oyentes.
Ninguna ayuda técnica ha sido suficiente para que una
niña o niño sordo deje de serlo. Aunque impliquen un beneficio más o menos
importante, las niñas y niños sordos, siguen siendo niñas y niños sordos.
Además existen muchas situaciones en las que no se puede utilizar el implante
coclear para comunicarse con su entorno como puede ocurrir en la piscina, en la
playa, durmiendo, o estando enfermo, y en las que tienen dificultades para oír,
por ejemplo, en un entorno con mucho ruido, o en un aula con muchas personas.
En todo caso, con implante o sin implante, con audífonos o sin ellos, no
podemos considerar que las niñas y niños sordos adquieran la lengua oral de
forma natural ya que todos precisan desde edades tempranas, un trabajo
rehabilitador intenso para la captación, reconocimiento y asimilación de los
sonidos.
El sistema de Frecuencia Modulada: A pesar de los indiscutibles avances de la
tecnología, los audífonos y los implantes no dan respuesta a todas las
necesidades de la persona sorda, particularmente en ambientes ruidosos o cuando
el usuario no está cerca de la fuente de sonido (situación del aula). El
sistema de Frecuencia Modulada consiste en un accesorio que utiliza la persona
con audífonos o implante coclear para mejorar la audición en clases, reuniones,
conferencias. Consta de un transmisor, un micrófono y un receptor. El micrófono
se sitúa cerca de la fuente sonora, por ejemplo el profesor, y lleva la señal
al receptor que se coloca en el audífono o implante, de modo que el mensaje se
transmite de forma totalmente clara y nítida.
La emisora de frecuencia modulada mejora la percepción
porque ayuda a superar determinadas limitaciones:
– La distancia. Cada metro de distancia reduce
aproximadamente 6 dB la intensidad. La señal sonora llega al niño tanto más
débil cuanto más alejado esté de la persona que habla. La FM elimina este
obstáculo.
– El ruido de fondo, que dificulta la comprensión del
mensaje. El ruido ambiente del aula o el de la calle, pueden comprometer la
comprensión del mensaje. La FM elimina también este obstáculo.
– La reverberación o eco que se produce por el reflejo
en las paredes, el techo o el piso de la onda sonora. Las señales se solapan y
la comprensión se compromete. También la FM constituye un elemento útil.
• La lectura labial La lectura labial o capacidad de
leer en los labios del interlocutor, será siempre un necesario y eficaz
complemento que contribuirá a mejorar la comprensión e inclusión social del
discapacitado auditivo. La lectura labial, labio lectura o lectura
labio-facial, es la capacidad de interpretar el mensaje de un interlocutor a
través de los movimientos articulatorios de sus órganos articulatorios, la
expresión facial y corporal y la situación. Aunque se denomina lectura labial,
no solamente son los labios los que ofrecen información, sino todos los órganos
articulatorios visibles: labios, lengua, maxilares y, como componente
importantísimo, la expresión y tensión tanto facial como corporal. Es una
habilidad compleja, ya que gran parte de los movimientos articulatorios no son
visibles o son parecidos.
Diferenciar ―papá de mamá‖, ―lente-diente‖, ―ganso de
canso‖ sólo por la vista, es prácticamente imposible, teniendo en cuenta además
la velocidad ordinaria de la conversación. En realidad, la lectura labial es
una función compleja, posible y muy eficaz, que requiere de otros varios
componentes:
– Conocimiento de los fonemas y buena producción de
los mismos.
– Conocimiento del lenguaje. Su dominio amplía las
posibilidades de interpretación.
– Conocimiento del tema que se está tratando.
– Conocimiento y control de la situación en la que se
encuentra.
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